En la escuela de Tae Kwon Do Guerreros de Vida Manzanillo, el profesor Felipe Lara Sedano, no solo enseña artes marciales, sino que también cultiva valores y transforma vidas. Su trayectoria como papá empresario es un reflejo de su compromiso y dedicación tanto en el ámbito profesional como en el personal.
Un momento que marcó significativamente la carrera de Felipe fue la llegada de un niño con necesidades especiales al dojang, “la abuelita del niño me explicó su condición y para mí fue un gran reto,» recuerda.
Este desafío requirió el doble de esfuerzo y trabajo, pero el progreso del niño, quien ahora ostenta una cinta azul, es una de sus mayores inspiraciones. «ver cómo el Tae Kwon Do puede cambiar actitudes y aptitudes me motiva,» dice con orgullo.
La organización del tiempo es fundamental para Felipe, quien divide sus días entre el dojang y su familia. Por las tardes, dedica tiempo al entrenamiento y la enseñanza, mientras que sus hijos participan activamente en las actividades del dojang.
Mariana, su hija con apenas tres años, ayuda a recoger el equipo y se encarga del calentamiento a su manera. Emiliano, por su parte, asiste en las clases y se encarga de vender aguas.
Además, la madre de Felipe maneja la parte administrativa, y su padre se encarga de lo operativo. Este apoyo familiar es la columna vertebral que le permite a Felipe seguir adelante con fuerza y determinación.
«Creo que se toman mejores decisiones en la empresa siendo papá», reflexiona Felipe.
La relación con su hijo, quien también es su alumno, complica y enriquece su enfoque. Esta experiencia le ha permitido volverse más empático con sus alumnos, muchos de los cuales son becados debido a su visión transformada por la paternidad, la visión cambia totalmente cuando tienes un hijo», afirma.
Recientemente, Felipe escribió una carta a su hijo en la que le ofreció tres consejos para toda la vida: «No dejes que nadie te humille, siempre lucha por tus sueños y siempre sé agradecido.»
Estos principios no sólo guían la educación de su hijo, sino que también son los cimientos sobre los cuales construye su enfoque como padre y profesor.
La historia de Felipe Lara Sedano es un ejemplo inspirador de cómo es posible ser un empresario exitoso y un padre presente y comprometido.
Su capacidad para equilibrar las responsabilidades del dojang con las de su familia, su dedicación a sus alumnos y su visión transformada por la paternidad, son testimonio de que con apoyo familiar y una fuerte ética de trabajo, se puede triunfar en ambos ámbitos.
Su historia no solo inspira a otros empresarios y padres, sino que también demuestra el poder del Tae Kwon Do para forjar no solo cuerpos fuertes, sino también espíritus resilientes y agradecidos.
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